Experiencias Místicas y Milagros

Conversando con unos amigos de un Foro Católico que frecuento, quise recopilar una serie de experiencias místicas o milagros que hayamos experimentado para la edificación de todos los que creemos en Dios, y mas específicamente que tenemos Fe en la única Iglesia de Dios, la que fundo Jesucristo.

Estas historias -que ire poniendo pasando los dias- no tienen como propósito probar nada, ni si quiera convertir a una persona, como Jesucristo puso en una parábola en boca de Abraham: Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. Lc 16,31

Que escuche el que quiera escuchar...
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Hermano Carlos:
Sería un poco difícil hablar de ello, al menos yo no puedo. Los confesores hasta ahora me lo tienen prohibído. Solo te puedo contar que las experiencias místicas están al alcance de todo aquel que se deje guiar por la Voluntad de Dios. Los milagros se constatan a diario y las experiencias místicas también. Cada individuo es un mundo, por tanto todas les experiencias son distintas, al menos es lo que yo he constatado. Lo único que es igual es el cansancio extremo luego de una de ellas. Los místicos solemos comparar experiencias cuando podemos hacerlo o cuando encontramos alguien que pueda creer lo que vivimos. Eso es otra constante, la incredulidad y la duda. Por ello los confesores, en su inmensa mayoría, prohiben a los místico divulgar todo lo que les acontece. Pero esto no es un poder, sino una responsabilidad. Cuando Dios escoge a alguien para sufrir o experimentar el misticismo lo hace para que eso que tiene, eso don especial edifique a otros y les evangelice.Una experiencia que si puedo contar, creo que lo había hecho hace un tiempo atrás. Hace más o menos dos años en una de las clases de Dirigentes de Cusrillos de Cristiandad, participabamos de una charla sobre al amor insondable de Dios. Al salir de la Misa posterior a la charla, serían como las 9:00 p.m, ya de camino a mi casa comencé a pensar en lo que el Padre había dicho y a pensar a su vez en un primo que había sido asesinado. Pensaba si estaría con Dios si la había dado tiempo de arrepentirse de su vida pecaminosa, era traficante de drogas. En ese instante una luz intensa no perceptible con la mirada más si con el corazón (como vez estas experiencias son difíciles de explicar) me arropó por completo y un dolor intenso pero al mismo tiempo satisfactorio llenó todo mi ser. La paz indescriptible que se apoderó de mi me impulsó a pedir a Dios que me llevara con Él. Pero Él me hizo ver que lo que me sucedía era para que comprendiera que a mi primo si le dio oportunidad de arrepentirse, que se acogio a la Misericordia de Dios y que donde estaba estaba en paz. Así llegué hasta mi casa y no me preguntes como pude conducir de noche por curvas y barrancos pero llegué a mi casa sin poder ver el camino. Espero que sea de edificación mi relato. Dios te bendiga.

Con amor en Cristo y María

Cruz de Luz